¿Conoces las cualidades de tu voz?
- Nhuna Daiana Jiménez
- 19 ago 2020
- 2 Min. de lectura

La voz es uno de los instrumentos más preciados de la comunicación humana y un aspecto esencial en Locución y Oratoria. Conocer tu voz, sus cualidades, características, matices y capacidades también te permite ampliar tus habilidades para comunicar efectivamente.
Las cualidades de tu voz son todas muy importantes porque influyen definitivamente en la forma como te escuchas. Aprender sobre sus peculiaridades y sobre qué puedes comunicar con cada una te permitirá utilizar todo el potencial de tu voz para causar un mayor impacto al transmitir tus mensajes.
El timbre
El timbre es la cualidad que nos permite distinguir una voz de otra, es la huella digital de nuestra voz, por lo tanto, es único en cada uno de nosotros. Es una característica que nos identifica pues no existen dos timbres de voz iguales. Por eso es tan importante conocer, valorar y cuidar nuestra voz; porque no hay otra igual en el mundo.
Es nuestro timbre lo que permite distinguir nuestra voz como blanca u oscura. Y así como la huella dactilar, el timbre de la voz no puede modificarse. Lo que sí podemos hacer es potenciarlo. En primer lugar, con ejercicios de respiración y calentamiento vocal. Y, en segundo término, jugando con el tono y la intensidad, cualidades que junto con el timbre definen nuestro color de voz.

El tono
Puede ser agudo o grave. Saber jugar con el tono de nuestra voz y utilizar el más adecuado de acuerdo con la intención de nuestro mensaje nos permitirá ser más exitosos con nuestro discurso.
El tono ayuda a que una palabra o frase sea más destacada que otra. Un tono bajo, profundo o grave genera sensaciones de autoridad, credibilidad, poder, cercanía y empatía. Entretanto, un tono alto o agudo es el ideal para ámbitos infantiles y generar sensaciones más alegres.

La intensidad
Esta cualidad se refiere al volumen. Una voz puede ser de intensidad suave, media, o fuerte.
Con regularidad nos comunicamos utilizando una misma intensidad de voz, la cual nos caracteriza e identifica, pero dicha intensidad puede cambiar en algunos momentos de acuerdo con la emoción que estemos sintiendo al expresarnos.
Por ejemplo, al utilizar una fuerte intensidad podemos manifestar emociones como la rabia, la agresividad o el miedo, aunque también - dependiendo del timbre y el tono que usemos - puede servirnos para expresar alegría y optimismo. Entretanto, una voz muy baja siempre está asociada a la debilidad, la tristeza, el cansancio y el pesimismo.

El ritmo
Se refiere a la velocidad con la que hablamos. Un ritmo promedio equivale aproximadamente a dos palabras por segundo. Pero, por supuesto, podemos hablar con un ritmo más rápido y enérgico o con uno más lento, según lo que deseemos expresar.
El ritmo a utilizar lo decidiremos según el ámbito donde nos presentemos, la audiencia a la cual nos dirigimos y el tema que tratamos. Por ejemplo, con audiencias jóvenes funciona un ritmo más rápido, mientras para públicos adultos, temas y entornos académicos es mejor un ritmo más pausado.
Jugar con el ritmo también contribuye a evitar la monotonía en el discurso, podemos hablar a velocidad media cuando tratamos temas que requieren mayor comprensión y más rápido cuando queremos ser más dinámicos.
Conoce y domina todas estas cualidades, experimenta y juega con ellas. Verás cómo se enriquece tu expresión verbal al utilizar todas las variaciones de tu voz para interpretar palabras y no únicamente pronunciarlas.
Commentaires