¿Podemos comunicar con el silencio?
- Nhuna Daiana Jiménez
- 5 ago 2020
- 2 Min. de lectura

Sí, el silencio comunica, y aunque parezca contradictorio puede ser un elemento muy poderoso. Recordemos que en todo momento estamos comunicando; solo un 7% de nuestra expresión es verbal y todo lo demás que perciben de nosotros es lenguaje no verbal: comunicamos con nuestra modulación, con nuestros ademanes y movimientos, nuestra postura, con los gestos que hacemos con nuestro rostro y también con nuestros silencios.
Porque el silencio no es la simple ausencia de palabras. En una presentación o discurso, una pausa silenciosa puede servir también para sustituir una expresión verbal e igualmente transmitir significado, por supuesto, cuando va acompañado de otros elementos de comunicación no verbal que contribuyen a hacer comprensible por qué callamos.
En oratoria, es recomendable que utilicemos el poder del silencio y de las pausas cuando necesitamos llamar la atención de la audiencia:
> Cuando vamos a comenzar a hablar, un breve silencio puede anunciarle a la audiencia que esperamos de su total atención para empezar. Igualmente, una pausa silenciosa antes de concluir el discurso puede servir para marcar un énfasis en las frases finales y llamar la atención del público hacia el mensaje de cierre.
> Antes de expresar alguna idea muy importante, un momento de silencio puede servir como elemento de atención para invitar al auditorio a centrar su enfoque en lo que vamos a decir.
> Cuando somos interrumpidos, el silencio nos ayuda a marcar el lapso de espera para que el público vuelva a hacer silencio y entonces poder retomar el discurso.
Ahora bien, debemos aprender a jugar con los silencios, porque si se trata de pausas muy cortas es posible que ni se noten, pero si por el contrario son muy largas pueden generar ansiedad e incomodidad. El tiempo promedio aceptable de un silencio estaría alrededor de los 6 segundos, siempre por encima de 5” y jamás mayor a 10” - a menos que exista un motivo particular que lo genere y que vaya más allá del recurso comunicativo. -
Mas, cuando lo utilizamos correctamente, el silencio es una herramienta muy útil que puede realizar diversos aportes positivos: invita a un espacio de reflexión, demuestra interés y disposición a escuchar, estimula en otros la acción de responder y ayuda a hacer llamados de atención.
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